Por norma general, Greavard apenas se mueve. Prefiere descansar tranquilo bajo tierra mientras deja asomar la parte superior de la cabeza encendida con una llama espeluznante y espera a que alguien se le acerque.

Es muy agradable y cuando alguien le presta atención se alegra tanto que le sigue a donde sea.

Sin embargo, también absorbe poco a poco y sin darse cuenta la vida de quienes están a su alrededor por lo tanto, es mejor no jugar demasiado tiempo con él.

Sus poderosas mandíbulas son capaces de partir huesos. ¡Un solo mordisco de este Pokémon puede ser fatal!